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Manuela Pedraza, la amante y su furia

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Ya casi está en la calle. Somos testigos del último delirio que Manuela Pedraza podrá tener bajo un techo alquilado. La desalojada de la historia cuenta permitiéndonos ver un pasado insistente, como los golpes en la puerta que anuncian el final. Manuela está en un vacío que cuece en fragmentos de ternura. Un mate caliente para José, su hombre, el soldado que hace de la guerra su único hogar y Manuela que acepta, que entiende, que es amante de su amor como de una patria que parece imposible de hacerse, que sigue aún hoy revisando remiendos. Los ingleses avanzan sobre esos pajonales que son Buenos Aires a principios de 1800. "La Tucumanesa" organiza a las mujeres que están a su alrededor para que intervengan. Las balas y el agua hirviendo caen sobre los cuerpos. El vientre de Manuela, intacto, es otra patria que reclama poblarse. Con dramaturgia de María Mercedes Di Benedetto, dirección de Silvio Gressani Acuña y la excelente actuación de Roxana Latronico; Manuela de furia y fu...

El error gay, por Manuel Puig

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  La homosexualidad no existe. Es una proyección de la mente reaccionaria. Lamentablemente, creo que en materia de sexo somos casi todos bastante reaccionarios: para nosotros la homosexualidad existe, ¡y cómo! Pero nos hacemos ilusiones, igual que los que creían que la tierra era plana. Me explico: estoy convencido de que el sexo carece absolutamente de significado moral, trascendente. Aún más, el sexo es la inocencia misma; es un juego inventado por la Creación para darle alegría a la gente. Pero solamente eso: un juego, una actividad de la vida vegetativa como dormir o comer, tan importante como esas funciones, pero igualmente carente de peso moral. Banal, moralmente hablando. Por lo tanto la identidad no puede ser definida a partir de características sexuales, ya que se trata de una actividad justamente banal. Los homosexuales no existen. Existen personas que practican actos sexuales con sujetos de su mismo sexo, pero este hecho no debería definirlos porque carece de significado...

El alimento, por María Negro

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  El silencio. La cuchara sostenida en el aire, parece dudar frente a los labios.  Estaba convencida que todas las mamás cocinaban rico, que era como una capacidad que se adquiría con el parto. Por eso no podía creer que mi mamá no lograse hacer una sola comida decente, y que no fuera a propósito.  Decente, tampoco fantástica o irrepetible. Decente. Con la sal apropiada, o algún sabor que se pudiese disfrutar. En el espacio breve de la cocina, mamá se acomodaba los lentes empañados y buscaba en los especieros su nuez moscada, su orégano, dejando caer sobre la sopa sospechosas cantidades.  El viejo cucharón de su suegra se hundía en el líquido espeso que contenía la olla, emergiendo lento, cauteloso. Solo el silencio acompañaba el ir y venir del cucharón sobre los platos que esperaban con angustia lo que sabían que iba a suceder. —Otra vez, dijo papá. — ¿La sal? No — ¿El orégano? Papá no respondió más. Continuó llevando la cuchara a su boca, callado, mientras yo esper...

Rosa en las islas, el viaje de un pueblo

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  Se va a casar Rosa. Su mundo es un escándalo de esperanzas y deseos. Juega, la vida es un juego. Un juego con sus primas o un juego con su tía, un juego de besos con el Ramón que la ama. La radio aturde de noticias y al Ramón, sin consultar, se lo lleva el camión que arrastra adolescentes de los pueblos hasta las Islas Malvinas, hasta una guerra rabiosa, helada, lejana, ajena. En el año 1982, 23.000 soldados de entre 18 y 25 años fueron reclutados para enfrentar la armada inglesa en las Islas. Sin armamento ni vestimenta adecuada para el espacio, con temperaturas bajo un profundo cero, muchos fallecieron de hambre, de frío, de infecciones. Desde los medios nacionales, la campaña por reunir recursos para la guerra ganó a todo el pueblo. Miles de habitantes entregaron sus joyas, sus recursos, para sostener a sus hijos, sus novios, sus maridos, sus pequeños hombres llevados a la muerte. Todo resultaría en un gran robo, pero ese mismo pueblo demoraría mucho tiempo en descubrirlo. De ...

Nogoyá, el fuego fatuo de la historia

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  "Del otro lado de la reja está la realidad,/de este lado de la reja también está la realidad;/ la única irreal/es la reja". Los versos de Paco Urondo iluminan la oscuridad de la historia como una lámpara colocada en el espacio. En febrero de 1973, el poeta fue encarcelado en el penal de Villa Devoto, allí grabó la extensa entrevista que se transformaría en el libro La Patria Fusilada, faltaban aún seis años para que el fusilado fuese el mismo poeta. La distinción entre detenido común y detenido político será importante en 1973. El pueblo alza su propio 25 de mayo en las puertas del penal, reclamando por la libertad de los presos políticos. Ese es el inteligente punto de partida de la obra. Los "comunes" observan por las rejas, la distancia que separa a los presos por luchar de los presos por delinquir es líquida, inestable. Todo preso es político. El 14 de marzo de 1978, el Pabellón Séptimo del Penal de Villa Devoto se transformará en una versión práctica del infi...

Adorno, en el borde del camino hay una silla

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  Como una experimentación de los andares donde la quietud es una ilusión del lenguaje, un hombre que usaba silla de ruedas llega al encuentro de su ex pareja, caminando. De la extraordinaria aparición, Ariana Caruso y Emiliano Mazzeo construirán una comedia que hace un delicado uso de su posibilidad: la risa descomprime al cuerpo y lo deja a la deriva, la risa expone el reflejo de nuestra rigidez.  Una mujer herida y dramática es la ventana hacia este nosotras extraño donde el discurso que nos reclama poderosas parece una vindicación del sometimiento. Todo lo podemos solas, desde la creación de la cera depilatoria hasta la plantación de caña de azúcar. La invalidación del otro es la silla donde es reclamado. Manipulable y silencioso. El amor es una danza de poderes que reclama su cooperación y esta aparece, sobrevive, se impone.  El deseo será demandado como ejercicio del rechazo. Del encuentro, el hombre que camina y no, duplicará la apuesta íntima por encima de aquello...

Rojos Globos Rojos, cuando un país es el escenario

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  No es novedosa la tensión del debate que discute al arte en su condición productiva, mercantil, ocurre que en cada crisis resurge con vitalidad y violencias renovadas. En los días que transitamos se cierran teatros, centros culturales, se bajan proyectos estatales de difusión de las artes, se desfinancia la educación (toda, incluyendo la artística), se persigue a los artistas callejeros y ya casi nadie, tampoco El Cardenal, puede pagar la boleta de la electricidad. Que El Cardenal y Las Popis nos reciban agradecidos, pero aclarándonos que el teatro está al borde del cierre por no poder pagar sus cuentas, nos representa en un realismo visceral, intimísimo. No es poca cosa. A partir de ese momento, los cuerpos de Raúl Rizzo, Gabriela Perera y Marta Igarza, serán la idea y la forma de la idea en un solo y maravilloso hilo que recorre la dramaturgia de Tato Pavlovsky, con el centro en Rojos Globos Rojos,  impecable collage logrado por el director y dramaturgo Christian Forteza. ...