La edad de la inocencia, la enfermedad que todos deseamos
Aldo Pellegrini asegura que la poesía tiene una puerta cerrada para los imbéciles, y abierta para los inocentes. No posee cerrojo, aclara, pero la posibilidad de encontrar la apertura de esa puerta depende de quién ejerce el acto de intentar abrirla: si se trata de un imbécil, dícese de aquel que posee una aspiración sistemática al orden, o si se trata de un inocente quien, asegura Pellegrini, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos.
Es en ese sentido que la poesía de Juan Coronel y Javier Galvagni ejecuta su único acto de inocencia.
Luego, llegarán con sus palabras para golpear desde el hondo camino de la juventud del conurbano que elige el lenguaje, que se apropia del mismo, para poner en el juego la piedrita de su particular observación.
¿De qué habla la poesía que huele a Ceamse? ¿Es posible que la poesía huela a Ceamse? ¿Cómo se presenta la síntesis poética en los ojos del que pasa su tiempo entre el trabajo y el colectivo que lo lleva al trabajo?
La enfermedad que todos deseamos, es el nuevo libro de poemas de Juan Coronel y Javier Galvagni. Allí se escucha el agitado momento de la historia contemporánea, se siente el fuego de la esquina donde se piensa en todo: el amor, la ausencia, la esperanza, la imposibilidad, la impostura, la lealtad, el vínculo creativo y humano que nos vuelve un solo mundo.
“Lo más probable/es que al fin ames/a tu padre/de alguna manera/(enferma, real, desesperada)/una vez/que/muera”, dice Galvagni. “Sentir es un placer/que los tibios dejan rezagado”, dice Coronel.
La distancia, es para ellos, el espejo que nos enfrenta, que nos muestra la débil forma del alma, capaz de caer en la tibieza, o en el abandono.
Y la poesía, claro.
“Supe que la poesía camina dos pasos adelante/En algún lado está”. Galvagni deja a su poesía en manos de la incertidumbre del ser poesía, que es el mejor camino que puede hacer un poeta, con su honestidad.
Coronel, responde a esa idea con una variación:
“La cultura no es para cualquiera”.
Así, como dijera Pellegrini, los imbéciles con una necesidad de ejercer el dominio del lenguaje para demostrar su poder, quedan fuera del cuadrilátero.
Triunfará la inocencia, la búsqueda noble de la poesía, el acercamiento respetuoso e irrespetuoso a esa forma amorosa que hemos desarrollado en el lenguaje, y los poetas como Juan y Javier van a brindar felices por su aporte honesto. Seguirán contando el mundo que no nos gusta mirar, levantarán alto los colores de los que hacen de pasto sus propios pinceles.
La enfermedad que todos deseamos (2021)
Javier Galvagni/Juan Coronel
Ilustración: Cupa
Editorial Sánchez Maldito
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