La edad de la inocencia, la enfermedad que todos deseamos
Aldo Pellegrini asegura que la poesía tiene una puerta cerrada para los imbéciles, y abierta para los inocentes. No posee cerrojo, aclara, pero la posibilidad de encontrar la apertura de esa puerta depende de quién ejerce el acto de intentar abrirla: si se trata de un imbécil, dícese de aquel que posee una aspiración sistemática al orden, o si se trata de un inocente quien, asegura Pellegrini, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos. Es en ese sentido que la poesía de Juan Coronel y Javier Galvagni ejecuta su único acto de inocencia. Luego, llegarán con sus palabras para golpear desde el hondo camino de la juventud del conurbano que elige el lenguaje, que se apropia del mismo, para poner en el juego la piedrita de su particular observación. ¿De qué habla la poesía que huele a Ceamse? ¿Es posible que la poesía huela a Ceamse? ¿Cómo se presenta la síntesis poética en los ojos del que pasa su tiempo entre el trabajo y el colectivo que lo lleva al trabajo? La enfermedad que...